Hemos estado leyendo el Antiguo Testamento en nuestra iglesia, y recientemente comenzamos a leer Jueces. A través de la historia, he podido ver como el pueblo de Israel era objeto del Amor de Dios, y así como Israel; ahora somos nosotras(os), las(os) hijas(os) de Dios; el objeto de Su Amor, y Su Misericordia se muestra en toda su Creación. Hay un verso en Jueces 3, que me despertó el día de hoy:
«El Señor los usó (a los pueblos cananeos) para poner a prueba a Israel y ver si obedecían los mandamientos que había entregado a a sus antepasados por medio de Moisés» – Jueces 3:4
Al seguir leyendo, los Israelitas, no obedecían los mandatos de Dios. Y hasta que ya no soportaban estar bajo el mando de estas naciones que no dependían de El; clamaban por Su Ayuda. Dios en su gran misericordia, levantó hombres y mujeres temerosos de El para salvar a su generación. Mientras éstos hombres y mujeres se levantaron, e hicieron lo correcto, la nación disfrutó de paz por muchos años; su generación era salvada y vivían en paz…
¿Pero cuantas generaciones se perdieron por la desobediencia del pueblo? Muchas mas.
Mujer, para que tu vida y la mía cuenten una eternidad y lleven fruto a Dios, debemos estar conectadas con El. Esto es vital para que nuestra generación y la siguiente sean usadas por Dios para expandir Su Misericordia a otros. Pero para que esto suceda debemos «obedecer los mandamientos dados a nuestros antepasados». Estos están exclusivamente en La Biblia.
Vivimos en un mundo en el cual somos probadas constantemente a obedecer a Dios. Así como Israel decidió vivir bajo los cananeos y acomodarse a ellos, así podemos vivir nosotras, acomodadas a lo que ésta vida nos ofrezca.Comprometiendo los principios bíblicos por razonamientos humanos.
¡Dios quiere usar mujeres valientes y dispuestas a luchar por La Verdad y salvar generaciones enteras! No nos acomodemos a las demandas de éste mundo. No cedamos a las presiones impuestas por otros. Seamos intencionales en buscar todas las respuestas en Su Palabra y obedecerla con Integridad de corazón. Desarrollemos cada relación y situación a la luz de Sus Mandatos. Y al final de nuestros días, ¿como quien seremos? ¿ Como Israel en Jueces 3?, o ¿ Como los valientes Otoniel, Barac, Débora y Yael en Jueces 3 y 4′?
Estoy convencida que no es fácil
, pero le ruego a Dios que nos dé la Valentía de vivir en obediencia a El y no a éste mundo. Seamos usadas para cambiar a nuestra generación de tal manera que la siguiente, después de nosotras; haga lo mismo, o mas.
Gaby Lagos 